Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con whisky casero, marihuana y metanfetamina sin que la ley repare en ello. Pero el día en que Clayton Burroughs, quien para distanciarse del reinado criminal de su familia se convirtió en sheriff, recibe la visita de un agente federal con un plan maestro para erradicar todas las actividades ilegales a lo largo y ancho de seis estados, las lealtades de una estirpe unida por la sangre pero separada por el deber se verán peligrosamente puestas a prueba.
Esta poderosa novela, que ha renovado el género del country noir, repasa la cronología de una historia de violencia ejercida durante casi un siglo con el único objeto de mantener un imperio fundado no en el poder o el dinero, sino en los lazos familiares, explorando hasta dónde son capaces de llegar los hombres para protegerlos, honrarlos o incluso destruirlos. Con un ritmo tan trepidante que no deja sospechar en ningún momento los disparos que nos tiene reservados, el autor estampa cada palabra como si la descerrajase con una escopeta, y por eso mismo, nadie está a salvo del tiroteo.